Tras la resaca epifaníaca de ayer, 6 de enero, nos desayunamos con una protesta de la Federación Panafricana de Comunidades Negras de España, cuyo nombre es tan largo como pingües deben ser a buen seguro las subvenciones públicas que la mencionada asociación de Tobys recibe de las generosas arcas del Estado español. Y es que dicha merienda de negros, como la llamaremos para acortar, ha cogido un tremendo berrinche porque en la madrileña cabalgata de los Reyes Magos se cometió la terrible injusticia de tiznarle los morros de azabache a un concejal del Ayuntamiento de la Villa y Corte, en vez de echar mano para que representase a Baltasar de alguno de los muchos manteros, gorrillas, narcotraficantes o timadores nigerianos que pululan -y nunca mejor dicho- por la capital de España y sus aledaños. El presidente de la cosa, un tal Abuy Nfubea, ha afirmado que el hecho representa una grave ofensa racista contra los niños negros y sus familias e insta al consistorio a disculparse públicamente por tamaña afrenta.
El caso es que es tradición en ¿nuestro país? el que sean ediles o personas de cierta relevancia quienes se disfracen en estas fechas de los tres Magos de Oriente y desfilen en la cabalgata de la noche de la víspera de Reyes, lo cual no parece importar a los ignorantes e iracundos subsaharianos, muchos de los cuales además son completamente ajenos a estas celebraciones de los perros infieles españoles, ya que practican la religión de Mahoma en su inmensa mayoría.
Desde aquí animamos a los munícipes madrileños a que contraten como camellos en la cabalgata del próximo año a los ídem nigerianos, senegaleses, malienses, etc. que aquí trafican, pues es un oficio que se les da pero que muy bien y la práctica siempre es un mérito. Y si no, que no desesperen los africanos, que dentro de pocos años serán ellos los negros, moros o sudamericanos los que deberán emblanquecer sus rostros a guisa de Melchores y Gaspares ante la escasez de población leucoderma.
El caso es que es tradición en ¿nuestro país? el que sean ediles o personas de cierta relevancia quienes se disfracen en estas fechas de los tres Magos de Oriente y desfilen en la cabalgata de la noche de la víspera de Reyes, lo cual no parece importar a los ignorantes e iracundos subsaharianos, muchos de los cuales además son completamente ajenos a estas celebraciones de los perros infieles españoles, ya que practican la religión de Mahoma en su inmensa mayoría.
Desde aquí animamos a los munícipes madrileños a que contraten como camellos en la cabalgata del próximo año a los ídem nigerianos, senegaleses, malienses, etc. que aquí trafican, pues es un oficio que se les da pero que muy bien y la práctica siempre es un mérito. Y si no, que no desesperen los africanos, que dentro de pocos años serán ellos los negros, moros o sudamericanos los que deberán emblanquecer sus rostros a guisa de Melchores y Gaspares ante la escasez de población leucoderma.
El apuesto Abuy Nfubea
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