
Pues como alguien le hable al quisquilloso magistrado texano de un interesante y divulgativo librito llamado Breve historia del tiempo, que se prepare Stephen Hawking.


Lo cierto es que ésta es una de las anotaciones más crípticas de cuantas aparecen en el diario de Patricia Yorelei, y mi nula formación hermenéutica no me ha permitido interpretar con absoluta certeza el significado de estas tres simples palabras: picadura del chincharro. ¿Quiso decir chicharro y se trata de un recordatorio para elaborar una sabrosa receta de jurel o bien pretendió garabatear chinchorro y lo que buscaba la atribulada latina era un remedio para combatir la picadura del insecto de ese nombre, que provoca la temida enfermedad de Chagas? Si así fuese, y tratándose de un parásito tropical, PY debió contraerla en alguna de las visitas a su país. ¿La tratarían allá o en España? (pregunta retórica). En todo caso no resultó mortal, ya que continuó con su bitácora. Y nosotros que nos alegramos. España, con sus 46 millones largos de habitantes, está peligrosamente despoblada y el país necesitado de ciudadanas como Patricia Yorelei y de otras muchas abnegadas latinas que repueblen la yerma Piel de Toro, como esa dominicana que a sus 21 años va ya por su tercer hijo y encima lo suelta en un taxi o aquella otra ecuatoriana que parió a su retoño sin sospechar siquiera que la habían dejado preñada. Un michelín más, pensaría la feliz mamá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario