Y recalcamos lo de aventajado, ya que
Marian Mirita, a sus 44 años, sólo logró chasmuscarse el 70% de su cuerpo, mientras que este
otro, con sólo 30, ha conseguido convertir en un inmenso torrezno el 90% de su humanidad. El
suceso ha tenido lugar en Almería y en esta ocasión el tipo decidió quemarse a lo
bonzo (siguiendo una
arraigada tradición rumana) tras una discusión con su pareja, de la que un juzgado de la capital almeriense había dictado una orden de alejamiento por presuntos malos tratos. Así que deseamos una pronta recuperación al maltratador foráneo, al que al menos no le dio por
transformar en una tea a su pareja movido por el despecho, como sí hizo su compatriota de Alcalá de Henares, quien hace cosa de un un mes redujo a su novia veinteañera a un montón de cenizas.
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