Por lo tanto esto no es una inocentada. La Consejería de Trabajo de la Xunta de Galicia incentivará a los empresarios de esa Comunidad con ayudas de hasta 6.600 euros si contratan a inmigrantes. Lo malo es que esas prácticas barriobajeras no sólo tienen lugar en tierras gallegas, ya que en muchos lugares de España también se favorece la contratación de inmigrantes en detrimento de la mano de obra española, pues según argumentan los que han maquinado tal tropelía, se trata de un colectivo con riego de exclusión social, que por lo tanto goza de lo que se ha venido a denominar discriminación positiva. No es extraño, pues, que cada vez más autóctonos denuncien cómo en las empresas donde prestan sus servicios, los españoles son despedidos o no se les renueva el contrato para así incorporar a las plantillas a ciudadanos extranjeros, más fáciles de explotar, más dóciles y encima los empresarios reciben una jugosa subvención, aunque sea a costa de dejar sin empleo a un español. ¿Habremos tocado fondo o lo peor estará aún por llegar?
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