A Nabila la compró por 700 € su marido Asis, como era conocido en el pueblo burgalés donde residían este trabajador inmigrante traficante de hachís oriundo de Marruecos y su esposa. Ésta, harta de aguantar las palizas y amenazas de aquél, decidió el 14 de febrero pasado asfixiarlo tras narcotizarlo y prender fuego a la casa, sin duda como regalo de San Valentín. Hasta aquí, poco más que un nuevo caso de violencia doméstica, sólo que en su versión misándrica, otra novedad aportada por la inmigración fetén. Pero si espeluznante es ya la historia de matrimonios concertados, narcotráfico y venganza uterina, más sórdido es aún el porqué la ahora presa magrebí cobraba 1.500 € en concepto de subsidio, unos ingresos que ya querrían muchos desempleados y mileuristas nacidos a este lado del Estrecho. Agradecédselo a los que nos gobiernan y sobre todo a los que han votado a los que nos gobiernan.
1 comentario:
http://www.youtube.com/watch?v=AfGmBxE0LCw
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