Esto era hasta no hace mucho una oficina del BBVA, quizás una víctima más de la crisis galopante. A los pocos meses apareció este cartel anunciando la apertura de una sucursal del ecuatoriano Banco Pichincha. Vamos, que mientras aquí hablamos ya de fusiones y hasta de intervenciones de entidades financieras españolas por parte del gobierno, las de fuera parecen inmunes a la hecatombe global.
Una cosa curiosa tanto ahora, en época de vacas flacas, como antes, cuando atábamos los perros con longanizas, es comprobar la distinta suerte que corren los negocios según sean nacionales o extranjeros. Observad por ejemplo el caso de estos dos bares separados apenas por unos metros: el de la izquierda es propiedad de unos valencianos mientras que el de la derecha lo regentan unos ciudadanos ecuatorianos. Es domingo y el local autóctono abre sus puertas. Sin embargo, los inmigrantes han decidido santificar las fiestas.
Otro caso enjundioso es el de una tienda de muebles que acaba de cerrar sus puertas (arriba). Los propietarios eran oriundos del lugar, como el espabilado que aún posee un próspero comercio muy similar a escasa distancia del anterior. Sólo que éste tuvo la brillante idea de bautizar su negocio con un nombre que a buen seguro iba a resultar un estupendo reclamo para muchos de los vecinos y potenciales clientes de la zona.
A veces lo único que se necesita para capear el temporal y salir adelante es que alguien crea en ti. Y si has nacido en el quinto pino, la fe la tienes asegurada. Y si no, preguntadles a Iliana y Marian.
2 comentarios:
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009022400_46_729418__SOCIEDAD-Y-CULTURA-Procuradora-recomienda-distribuir-toda-Asturias-menores-inmigrantes#EnlaceComentarios
Leed los comentarios. Es necesario que desperteis todos. ¡PERO YA!
Publicar un comentario