Hoy he coincidido en la parada del autobús con una india a un carrito de bebé pegada, parafraseando a Quevedo. Y aunque esto no tenga nada de extraño en estos aciagos días, sí me gustaría saber por qué hasta ahora no se le permitía a nadie acceder a los transportes públicos con tan aparatosos cachibaches a menos que éstos estuviesen plegados. En cambio, ha sido llegar la marabunta pestilente y comenzar las cesiones y concesiones en todos los ámbitos. Porque yo calculo que una navajo corriente, incluyendo su inevitable cochecito y su enorme trasero, no ocupa menos de tres plazas. Entonces, ¿no deberían al menos cobrarles el billete del retoño, ya que sus nalgas viajan gratis?
A parte de eso, mi ciudad está cada día peor: yo no sé lo que pueda estar ocurriendo en otros puntos de España, pero aquí la situación es dantesca. Quizá sea porque este año se celebra aquí la dichosa Copa del América, una regata para gente con mucho tiempo y dinero, y que es una perita en dulce para aspirantes a fámula, chapuceros del gotelé, camareros y, sobre todo, malhechores con ansias de medrar, pero el caso es que miras a diestro y siniestro y te sientes fuera de contexto entre tanto latino, negro, rumano y moro como ramonea por estos prados. Y encima aquí gobierna la derecha desde los tiempos de María Castaña, así que buena parte de los argonautas de los cayucos que desembarcan en las Canarias nos los remiten a nosotros. Y mientras sigamos con aquello tan unamuniano, tan español del que que inventen ellos y nuestra economía siga descansando sobre los frágiles pilares de la construcción salvaje y depredadora y el turismo de alpargata, me barrunto que el allanamiento de morada que venimos padeciendo de unos años acá se vaya alargar sine die. ¡Sálvese quien pueda!
A parte de eso, mi ciudad está cada día peor: yo no sé lo que pueda estar ocurriendo en otros puntos de España, pero aquí la situación es dantesca. Quizá sea porque este año se celebra aquí la dichosa Copa del América, una regata para gente con mucho tiempo y dinero, y que es una perita en dulce para aspirantes a fámula, chapuceros del gotelé, camareros y, sobre todo, malhechores con ansias de medrar, pero el caso es que miras a diestro y siniestro y te sientes fuera de contexto entre tanto latino, negro, rumano y moro como ramonea por estos prados. Y encima aquí gobierna la derecha desde los tiempos de María Castaña, así que buena parte de los argonautas de los cayucos que desembarcan en las Canarias nos los remiten a nosotros. Y mientras sigamos con aquello tan unamuniano, tan español del que que inventen ellos y nuestra economía siga descansando sobre los frágiles pilares de la construcción salvaje y depredadora y el turismo de alpargata, me barrunto que el allanamiento de morada que venimos padeciendo de unos años acá se vaya alargar sine die. ¡Sálvese quien pueda!
Subsaharianos de un CIE de Canarias celebrando que van a ser trasladados a Valencia
5 comentarios:
Yo soy de Barcelona y aquí la cosa está más o menos igual, aunque quizá no se note tanto por tratarse de una ciudad grande. Aún así, hay barrios que han sido tomados (literalmente) por completo por las hordas sarracenas, subsaharianas, latinoamericanas y chinas. Este es el caso, por ejemplo, del centro histórico de la Ciudad Condal o de Hospitalet del Llobregat (municipio anexo) dónde circular por sus calles se ha convertido en un auténtico deporte de riesgo.
Obviamente, estas zonas dónde se asientan las tribius invasoras son las más baratas y degradadas de la ciudad y los altercardos con policía y vecinos autóctonos son constantes, lo que se ha convertido prácticamente en rutina (nada que envidiar a Sarajevo).
Por suerte, en el barrio donde vivo yo la vivienda aún no es asequible a los bolsillos tercermundistas y lo único que se ve circular por las calles es a indias suramericanas "tipo botijo" que trabajan en el servico doméstico. Pero comprendo, compadezco y apoyo a mis conciudadanos que tienen que convivir cada día con semejantes salvajes.
"EL RESISTENTE".
Creo que en el bario del Raval la población autóctona es ya minoritaria. Es algo semejante a lo que sucede en Lavapiés, donde los vecinos se han echado a la calle ante la degradación tan brutal que padece el antaño castizo barrio madrileño. En Valencia también tenemos nuestro barrio "étnico", el de Russafa, atestado de moros y chinos. En Alicante su centro histórico lo han tomado los argelinos... y así sucesivamente. Y en todos los casos la delincuencia, las reyertas, los problemas de convivencia y la suciedad han aumentado vertiginosamente, por lo que la gente de aquí opta por mudarse.
Aqui en Oviedo la cosa esta bastante tranquila, por ahora hermanos. Hace dos semanas que estoy viendo a un par de familias rumanas (la típica señora de cuerpo deformado, marido gitanizo y niño con mierda, o mejor dicho, mierda con niñoXD), pidiendo sin parar y mirando a ver si pueder realizar pequeños hurtos a algún viandante despistado.
Sólo espero que no sea la avanzadilla del grueso de la tribu.
Un saludo y abrazo a todos.
A ver si vamos a tener que reconquistar de nuevo España desde Asturias...
Je,je,je...muy buena esa. Lo que no entiendo es porque les da por concentrarse en los centros históricos y no en la periferia donde también se encuentran viviendas baratas. Es una lástima, porque resulta infinitamente patético ver a una familia de moros con sus chilabas y sus chadors al lado de algo tan genuinamente europeo como una catedral gótica. Y estás en lo cierto, el barrio del Raval ya es musulmán.
"EL RESISTENTE".
Publicar un comentario