Como lo prometido es deuda, aquí tenéis las afotos de los tres llamémosles locutorios que abren sus puertas en una misma calle de apenas 50 metros. Bueno, abrir, lo que se dice abrir, sólo las abren de vez en cuando para que no se note demasiado que no son más que una mera tapadera de negocios menos lícitos pero mucho más rentables. Observad el trajín que registra el de la persiana metálica verde, quizá debido a lo intempestivo de la hora: la una y media del mediodía.
jueves, noviembre 16, 2006
Tres eran tres las hijas de Elena. Tres eran tres y ninguna era buena
Como lo prometido es deuda, aquí tenéis las afotos de los tres llamémosles locutorios que abren sus puertas en una misma calle de apenas 50 metros. Bueno, abrir, lo que se dice abrir, sólo las abren de vez en cuando para que no se note demasiado que no son más que una mera tapadera de negocios menos lícitos pero mucho más rentables. Observad el trajín que registra el de la persiana metálica verde, quizá debido a lo intempestivo de la hora: la una y media del mediodía.
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