Está claro que los marroquíes nos ganan por goleada en el tira y afloja por quién se llevará el gato al agua en lo tocante a la futura soberanía de Ceuta y Melilla. El rey Juan Carlos de Borbón no osa visitar las ciudades autónomas para no despertar las iras de aquel a quien él considera su hermano, es decir, el tirano Alauita. Cada vez se levantan más mezquitas en unas ciudades secularmente españolas y cristianas, se apredrea impunemente a los cada vez menos numerosos católicos mientras desfilan en alguna de sus procesiones con los santos en andas y, por si a alguien le quedaba alguna duda, Salma y Mohamed son los nombres más habituales en ambas ciudades norteafricanas. En Ceuta precisamente parieron al llamado talibán español, considerado un héroe por sus vecinos ya que ha estado preso en Guantánamo, y cuyo nombre no deja lugar a dudas de su rancio abolengo ibérico: Hamed Abderrahman Ahmed. Definitivamente, el tabulé se ha impuesto al pincho de tortilla al otro lado del Estrecho. Aunque siempre nos quedará Perejil.
2 comentarios:
Y aquí les permitimos edificar mezquitas. Un ejemplo más del abismo que separa las culturas civilizadas de las que no lo son. Si pudieran ya hace tiempo que habrían intentado invadirnos a cuchillo. Y ojo con Irán que juega con uranio. Menos mal que Bush no se anda con chiquitas.
Lo cierto es que en España hay centenares de mezquitas ilegales, porque muchas veces no se molestan si quiera en pedir una licencia de actividades, ya que los locales que habilitan como templos incumplen casi todas las normas. Así que están funcionando montones de ellas en plantas bajas y sin ningún tipo de control, especialmente en lo que respecta a las soflamas incendiarias de algunos imanes pasados de rosca. Y luego pasa lo que pasa.
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