Aquí en mi ciudad (Valencia) estamos disfrutando últimamente de las delicias de la multiculturalidad en forma de unas insoportables movidas futboleras (liguillas solidarias, mundialitos por la integración y memeces así) que la peste parda organiza con frecuencia en el jardín del Turia, que para mi desesperación se encuentra a escasos metros de mi casa. Imagínate a centenares de ñañitos beodos de cerveza, que para más inri consumen delante de sus infinitos retoños (sin que por lo que parece esto sea sancionado como botellón puro, duro y reincidente que es), miccionando a diestro y siniestro sobre los centenarios sillares de puentes monumentales que antes recibían la fresca caricia del Guadalaviar y ahora las salpicaduras de las amarillentas y hediondas excrecencias etílicas de estos devorayucas. Pues bueno, durante una de esas orgías futboleras amenizadas (es un decir) por su pachanga destrozatímpanos y litros y litros de Amstel, los vecinos, desesperados, llamaron a la policía y cuando ésta se presentó ante la marabunta andina con el ingenuo propósito de que bajaran una miaja el (full) volumen de los rebuznos del animado speaker (que no sé que habría fumado el tipo, pero nada bueno) y los acordes de la supuesta música reggaeton, los comprensivos "bros" los recibieron lanzándoles sin contemplación los restos sólidos de su ágape dominguero y esgrimiendo esas mortíferas navajas que estoy por pensar que forman parte inseparable de su atuendo, como esas gorras del revés que llevan a todas horas (lo cual es de agradecer, ya que ocultan en parte sus poco agraciados caretos), las mugrientas camisetas del Loma Unión Balompédica o cualquier otro equipazo de esos que da puntapiés por aquellos lares y, por supuesto, las zapatillas Nike, que supongo aún no les proporciona la inmensa generosidad de la Madre Patria, aunque todo llegará.
Esta misma mañana he podido comprobar con estupefacción durante mi paseo diario en bicileta, que han utilizado mis queridos puentes góticos y renacentistas para estampar en ellos decenas de pósters, cual vulgar tapia de solar, anunciando la última juerga perrera que piensan correrse a cargo de esas asociaciones como Rumiñahui y muchísimas otras más que tan espléndidamente subvencionan las administraciones españolas de cualquier pelaje, así como alguna de esas firmas cerveceras que están haciendo su agosto con los sedientos sudacas que merodean por el país antes conocido como España. Pero como hay que sacar provecho hasta de las peores situaciones, he hecho de tripas corazón e inmortalizado alguna de esas obras de arte de la cartelería inmigrante, prodigio de diseño, buen gusto y corrección ortográfica para deleite de los lectores de esta humilde bitácora.
Esta misma mañana he podido comprobar con estupefacción durante mi paseo diario en bicileta, que han utilizado mis queridos puentes góticos y renacentistas para estampar en ellos decenas de pósters, cual vulgar tapia de solar, anunciando la última juerga perrera que piensan correrse a cargo de esas asociaciones como Rumiñahui y muchísimas otras más que tan espléndidamente subvencionan las administraciones españolas de cualquier pelaje, así como alguna de esas firmas cerveceras que están haciendo su agosto con los sedientos sudacas que merodean por el país antes conocido como España. Pero como hay que sacar provecho hasta de las peores situaciones, he hecho de tripas corazón e inmortalizado alguna de esas obras de arte de la cartelería inmigrante, prodigio de diseño, buen gusto y corrección ortográfica para deleite de los lectores de esta humilde bitácora.